Reflexiones Sobre Apicultura: noviembre 2016

Fui en una caminata el otro Domingo para estirar mis piernas con Scooter, mi perro. De todas las rutas posibles, decidí dirigirme para el cementerio. También quise buscar abejas sin aguijones. El cementerio es un buen lugar para este.

Los mausoleos más viejos empiecen a deteriorar y rajar, así le da las abejas un lugar para entrar las tumbas. La mayoría son las pequeñas abejas nativos sin aguijones pero ocasionalmente puede encontrar una colonia de abejas africanizadas.

Ni cubrí la mitad del cementero. Encontré cinco colonias de cuatro razas diferentes, incluyendo uno con abejas africanizadas.

Las abejas sin aguijones se pusieron un poco molestos cuando yo intenté tomar fotos de ellas. Empezaron a volar alrededor de mí, metiéndose en mi pelo. Ellos no pican, pero si muerden, como una hormiga. Necios.

No voy a tocar estas abejas, aunque de verdad me gustaría tener algunas colonias de aquellas abejas sin aguijones (están en mi lista de “hace/tener”). Hay suficiente otras maneras conseguir abejas, como capturar enjambres y dividir colmenas.

Colonias de abejas son aguijones en las tumbas. Una característica de muchas de ellas es sus piqueras de tubos que construyen con una combinación de cera y propóleos.

Y hay algo que no es completamente correcto acerca de entrar una tumba para conseguir una colonia de abejas. No se queda bien adentro de mí (y probablemente con la mayoría de personas). Yo he hecho este antes, sin embargo, pero a la solicitud de la familia.

Hace bastantes años ahora, había un señor ebrio quien quito el tapón de un mausoleo viejo en el cementerio de mi pueblo, lo cual que había rajada alrededor de ella completamente. Esta tumba tenía que tener más que 50 años. Una colonia de abejas africanizada había mudaron adentro. Este señor quiso un poco de miel, pero solamente recibió un montón de picadas antes de salir corriendo del cementero. Se fue con los manos vacíos.

Era una colonia grande y el primer panal estaba justo en la entrada de la tumba, formando una pared de abejas y cera que extendió desde arriba hasta abajo. Era un poco más grande en tamaño que dos marcos profundos. Había cinco de estos panales antes que llegué al ataúd de madera. Algunos panales más pequeños continuaron sobre este.

Llenamos dos cajas Langstroth con abejas y panales de cría. Eventualmente yo boté este panal viejo como las abejas llenaron marcos con panal nuevo. Deseché la miel.

Es un poco desconcertante entrar una tumba, pero a veces los apicultores están requeridos hacer este tipo de servicio comunitaria. No voy a ir a buscar la familia de esta nueva colonia de mausoleo para pedirles permiso para sacarla. Sin embargo, yo sospeché, si ellos llegan a buscarme, voy a decir sí.

El mausoleo con la colonia de abejas africanizadas. Parece que talvez alguien intentó a sacar la colonia anteriormente ya que el tapón de la entrada esta floja. Pero ya que no hay una placa con nombre en el parte superior, talvez esta vació—esperando que se llena.

Parte de mi plan era encontrar aquel primer mausoleo para ver si tenía abejas de nuevo. Está el parte viejo del cementerio, y no llegué hasta allá. Si recuerdo bien, la familia había cubierto con cemento para sellarlo de nuevo, pero tal vez se rajó otra vez. Tiene que esperar para mi siguiente caminata.

Un mausoleo sencillo en el cementerio de mi pueblo en Honduras. Las abejas sin aguijón tenían su tubo de piquera saliendo de la orilla izquierdo superior del tapón redondeada de esta tumba.

Una tumba vieja en el cementerio, inusual por su forma. Era la única que miré como este. La lapida tenía la fecha de 1948.

Algunas tumbas eran mucho más humildes, solamente con una sencillo cruz de madera. Otros tenían una rejilla pequeña de metal alrededor el mausoleo y adornados con arbustos pequeños o flores.