Normalmente una persona que está pensando acerca de un
cementerio va a considerarlo un lugar de muerte. Este es el último lugar de
descanso para nuestros seres queridos. Sin embargo, puede ser un lugar de vida
para las abejas de Honduras. Este es algo que descubrí del cementerio en pueblo
donde estoy viviendo.
Frecuentemente las tumbas sirven como un sitio de
alojamiento ideal para ellas, desde las enojadas abejas africanizada hasta las
diminutas abejas sin aguijones. Ellos pueden vivir y prosperar entre los
mausoleos y fallecidos.
Empecé a notar este en el día que tuve que ayudar a lidiar
con una colonia de abejas africanizadas que habían metidos en un mausoleo donde
tenía que enterrar alguien (mira las dos enlaces al final para las entradas
previas en este blog). Usualmente no voy de paseo en el cementerio de mi pueblo
así aproveché la oportunidad para hacer un recorrido del lugar.
El cementerio es muy diferente de aquellos en Wisconsin,
donde yo crecí en los Estados Unidos. Muchas de las personas están enterradas
en mausoleos, algunos hechos para seis ataúdes. Algunas tumbas están marcadas
solamente con una cruz sencilla de madera. Otros están decorados elegantemente
o rodeados por un cerco y arbustos o flores.
Entre las actividades de tratar con la colonia de abejas
africanizadas, fui a mirar un mausoleo cercano que aparecía ser muy antiguo y
tenía una decoración interesante. Inmediatamente noté el nido de algunas
pequeñas abejas negras sin aguijón en el centro de la estructura. Parecía que
alguien saco la placa con el nombre del fallecido, dejando un hueco para la
construcción de su nido.
Las abejas estaban alineadas alrededor el tubo principal
para entrar el nido. Sin embargo, abajo este había varias estructuras como
“bolsas.” Alguien dijo una vez que tal vez esta es una manera para confundir
los depredadores que buscan la verdadera piquera de la colonia.
Yo había visto estas mismas abejas sin aguijón en las
paredes que quedaron de una iglesia antiguo de talvez algunos 300 años de edad.
Hallé estas colonias en los restos cubierta con vegetación de esta estructura,
en el centro del valle donde vivo en Honduras.
A diferencia de las abejas en que uno normalmente piensa,
estas niñas no pican. Al contrario, ellas intentan morder (como una hormiga) o
se meten en su cara o enreden en su pelo. Fastidiosas son, pero no peligrosas.
La estructura de su nido también es muy diferente de la
abeja común. Los panales de su cría son como un pastel de boda con varias
capas. Los panales se acuestan horizontalmente y están separadas por pequeños
pilares. El miel y polen están almacenadas alrededor la cría en “potes de
miel,” pelotas redondas que las abejas construyen y llenan.
Pero estas no eran las únicas abejas que yo encontré en el
cementerio. Investigando con cuidado yo empecé a mirar otras colonias.
La abeja más pequeña que encontré eran los “hemeritos o
jimeritos” (tetragonisca angustula). En otras partes son conocidos como
“mariolitas”. Hondurans a veces traspasan estas colonias a guacales o calabazas
secas o a pequeñas cajas que guindad afuera abajo los techos de sus casas. No
producen mucha miel pero que si hacen es valorada para sus propiedades
medicinales, especialmente para tratar problemas de los ojos.
Su entrada es atreves un pequeño tubo que construyen. Ellas
cierren el tubo en la noche para proteger la colonia.
“Hemeritos o jimeritos” (tetragonisca angustula), que se
conocen también como “mariolitas.” Su miel está valuada para el tratamiento de
problemas de los ojos.
Encontré otras colonias de abejas sin aguijones cuyos
nombres no conozco. Hay varias cienes de especias de estas abejas alrededor el
mundo, muchos en los trópicos de América.
Una llamativa abejita era negra con la excepción de un
abdomen de un amarillo-dorado brillante. Pueden ser que se llaman “magwas”
(lestrimelitta) o “limonete,” según José Martí Rosales Rodríguez, un experto de
Nicaragua en las abejas sin aguijones. El mencionó que estas abejas sobreviven
atreves el pillaje de nidos de otras especies de abejas, como los jimeritos.
Ellas roban el miel y polen.
Posiblemente este es una colonia de “magwas” (lestrimelitta)
o “limonetes,” abejas sin aguijón que sobreviven robando los nidos de otras
especies de abejas sin aguijón.
Una especie de abeja sin aguijón que hizo su hogar en una de
las tumbas.
La muerte asociada con un cementero estaba reflejada en el
estatus de la “abeja real Maya” o Melipona beecheii. No encontré estas abejas
sin aguijón, como es el caso en muchas áreas de Honduras. Se ponen más y más
escasos. Mucho de lo demás tipos de abejas pueden adaptarse a vivir en las
tumbas, pero no la “blanco estrella,” que se llaman en Honduras por la
estructura ellas construyen alrededor su piquera.
Una colonia de Melipona beecheii o “blanco estrellas.” Encontré
esta colonia guindado abajo el techo de la casa de un campesino. No hallé
ningún en el cementerio ya que ellas normalmente inhabitan troncos huecos. Se
pone extremadamente difícil hallarlas en la naturaleza a causa de la deforestación.
“Xunan kab,” como son conocidos en la lengua Maya, eran
considerados sagrados. Las Mayas activamente manejaron colonias de ellas,
usando su miel en ceremonias religiosas y rituales. Se fermentaban la miel para
hacer un tipo de licor.
Se mantienen los blancos estrellas en la misma manera hoy
como durante los tiempos de las Mayas—adentro el tronco hueco donde estaban
encontradas. La mayoría de la gente en mi área de Honduras guindan los troncos
afuera la casa, abajo el techo. Ambos lados en los troncos tienen un tapón
cubierto con lodo que se saca después para cosechar la miel.
Un tapón de madera cubierto con lodo se sella el tronco que
es el hogar de una colonia de Melipona beecheii. El dueño de la colonia va a
quitarlo para cosechar la miel.
Hoy en día son muy escasos. Es difícil encontrarlas en la
naturaleza. Hay mucha deforestación a causa de la agricultura y es difícil
encontrar un árbol hueco apto para la colonia. A diferencia de otras especies
de abejas sin aguijón, este es básicamente el único lugar donde el blanco
estrella establezcan sus colonias.
Durante mis 25 años de trabajar con la apicultura en
Honduras, yo nunca he visto una de estas colonias en la naturaleza, Únicamente
he visto aquellos que la gente guinda abajo el techo de su casa. Siempre quise
tener algunas para yo mismo pero la gente normalmente no es disponible a
venderlos. Muchas veces son una herencia familiar de su papa o abuelo. Si
deciden de vender, usualmente porque tienen una emergencia y necesitan dinero,
piden mucho. Era más que pude gastar las veces que me ofrecieron uno.
Toda esta experiencia me puso a reflejar en mi propia muerte
un día. Cuando la gente comenta que ahora soy un hondureño, siempre me gusta
bromear que yo ya he comprado mi pedacito de terreno en el cementerio local.
Creo que talvez tengo que decir mi esposa o hijos que deben discretamente dejar
algunos agujeros pequeños en mi tumba con la esperanza que una colonia de
abejas va a mudarse para acompañarme. Talvez pueden hacer mi lugar final de
descanso un poco más “dulce.”
---Tomás
No pretende ser un
experto en abejas sin aguijón. Cualquier comentario, corrección, o información
adicional sería bienvenido.
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Talvez también le
gustaría mirar los dos entras previos en este blog acerca de apicultura en un
cementerio.
Reflexiones Acerca
de la Apicultura en un Cementerio
Reflexiones Acerca de Abejas en un Cementerio 02: ¿Todavía
están las abejas?
Puede mirar este mismo blog en inglés, “Musings on
Beekeeping”: