Yo
nunca quiero comprar una camiseta u otra cosita hecha en una fábrica como
recuerdo cuando estoy viajando. Quiero algo un poco diferente, preferiblemente
hecho por un artesano local con materiales locales. Que encontré durante mi último
misión en Jamaica con la programa Agricultor a Agricultor (Farmer to Farmer)
era estas guacales grabados—y el artesano local personalizó algunas para mí con
abejas.
Pero
más allá de tener un recuerdo único, el árbol de jícaro de donde crecen las
frutas para hacer los guacales tiene su propio papel en la apicultura en mi
zona de Honduras.
Un artesano local
jamaicano con sus guacales grabados—con peces, flores, désenos y, en mi caso,
abejas.
Yo
estaba basado en un pequeño pueblo pesquera en la costa norte de Jamaica
durante mi tiempo allá como un voluntario con este programa de entrenamiento de
Compañeros de la Américas. Este fue in Julio de 2014, mi tercer viaje a la
isla. El turismo es un ingreso de dinero grande para la isla pero el pueblo de Strawberry
Fields era un poco afuera de la ruta turística. Es en un rincón de Jamaica
donde no pasa directamente la carretera principal de la costa norte.
El
pueblo tiene muchos de los encantos de la verdadera Jamaica, pero todavía tenía
sus artesanos atendiendo la turista ocasional. Ellos hacen joyería de coral y
la concha de cocos. También tallan diferentes figuras de la madera encontrada
en las playas. Los muchachos de la finca donde me quedé aprendieron tejer canastas
de enredaderas.
La
primera vez que mire estos guacales fue en un pequeño “restaurante” en la
esquina arriba de la finca. Inmediatamente sabía que yo necesitaba comprar uno.
Escogí el guacal con el atún de aleta amarillo, apropiado ya que estábamos en
la costa, a lado del mar.
Pero
cuando yo platique con el artesano, descubrí que él grabaría cualquier cosa que
deseaba en el guacal, incluyendo abejas (¡y una mensajito para mi esposa!).
Este lo hizo aún mejor. En fin traje cuatro guacales diferentes a casa.
Las
abejas salieron un poco “rustico” pero no
me molesta. Es la visión del artista de una abeja. Es uno de los encantos de
estos guacales.
Se encuentra en Centro América muchos árboles de
Jamaica, y no era la excepción con aquella de donde crecen las frutas para
hacer guacales. En realidad son muy comunes en el área de Honduras donde vivo.
Prefieren la clima caliente y seca de las valles aquí. Si hay un árbol
emblemático de mi pueblo, puede ser este, la cual los Hondureños llaman jícaro
o morro (Crescentia alata).
Hay
dos tipos de jícaros en Honduras—uno tiene frutas grandes que usan para hacer
un plato hondo o guacal. La otra variedad tiene frutas más pequeñas que se
convierten en tazas. La fruta tiene una concha muy dura, casi como madera, y lo
que se hace muy apropiada para este. La gente de Honduras las abre, quitan las
semillas, y después las raspan o lijan a un acabado.
Es
muy común ver estos platos hondos y tazas en los “atoleras.” Estos son puestos
pequeños, muchos veces al lado de la carretera, que vende un atol tradicional
de Honduras hecho de maíz. Hay dos variedades, un dulce y el otro agrio. La
manera tradicional para comer su atol es en un guacal.
Una atolera a lado de la carretera que conduce a mi pueblo,
y su cocina al aire libre. Se come el atol en los tradicionales guacales hecho
de las frutas del árbol de jícaro.
Es
algo apropiado que los guacales terminaron como mi recuerdo de viaje ya que el
árbol en realidad tiene un papel en mi apicultura en Honduras—como fuente de
néctar y polen para las abejas pero también como un árbol preferido para
capturar enjambre.
En
términos de árboles, el jícaro es un poco diferente del normal. No tiene una
forma bonita de árbol. Usualmente es algo torcida con sus ramas cruzando entre
ellos mismo. Las hojas salen directo directamente de las ramas in grupos pequeños,
cubriéndolo del principio hasta el punto. Las flores y frutas frecuentemente
crecen directamente de las ramas y también del tronco principal.
Los
arboles tienen un olor muy fuerte cuando están floreciendo. El olor es un poco
como de uvas o pasas (en mi opinión por lo menos). La mayoría de la gente
simplemente dice que apesta. Todos mis alumnos de quinto grado arrugaron sus narices
cuando les pregunté un día si les gustó el olor. Este olor distinto penetra el área alrededor del árbol.
En realidad me gusta, pero puede ser que estoy prejuiciado ya que significa néctar
para las abejas.
Este
es uno de aquellos arboles de la cual yo nunca miro miel. Normalmente florece
justamente antes que las lluvias empiecen en Junio, marcando el fin de la época
de miel. Si las abejas hacen algo de miel de las flores, se quedan con ellos
para la escasez. Una señora del parte caliente y seca en el sur de Honduras,
donde los árboles son aún más comunes, dice que la miel tiene un color oscuro.
Las
abejas encantan estas grandes flores. Frecuentemente el árbol completo suena
como está vivo con el zumbido de todas las abejas que normalmente llegan a
trabajar las flores. Este pasa temprano en las mañanas y otra vez tarde en el
día. Hay poco actividad durante el día. Las flores están tan apetitosas a las
abejas que también pueden encontrarlas en aquellos que han caído al suelo.
Buscando un poco de
dulzura—una abeja Africanizada y un abeja nativo sin aguijón en los flores de jícaro.
Aunque la lluvia ha botado la mayoría de las flores maduras al suelo, abejas todavía
las cubrieron, buscando algo en que pudieron forrajear.
El suelo cubierto con
flores de jícaro. Había tanto abejas visitando las flores en el suelo como las
flores en el árbol. Ellas están atractivas tanto para las abejas Africanizada
como las abejas nativos sin aguijón.
Jícaros
también son lugares preferidas para guindar trampas en el valle. Tengo muchos éxitos
capturando enjambres en ellos. Hay ciertos tipos de árboles que siempre
funcionan bien para guindar trampas. Este es uno de ellos. Un bonus es que
jícaros frecuentemente con fáciles a subir—algo necesario para alguien grande
como yo. La abundancia de
ramas que cruzan entre ellos mismo hace este fácil. (Como
niños, mis hermanos eran los mejores para trepar árboles. No yo. Frustrante cuando ellos me burlaron desde
arriba.)
Además hay el enjambre
ocasional para sacudir afuera de un jícaro.
Un enjambre en el jícaro
de un ganadero local—este era fácil de bajar. Él señor tenía una carreta de
bueyes cerca, la cual pusimos abajo el árbol así tenía algo en que parar. No tuve
que subir este árbol. Sacudí las abejas dentro una caja de cartón y lo demás marcharon
o volaron adentro.
Una trampa guindado alto
en un árbol de jícaro. Normalmente yo las guindo un poco más bajo pero ya que había
vacas en este potrero yo decidí ponerla un más alto para evitar posible
problemas cuando llegaría un enjambre.
Se
dejan jícaros en los potreros mientras otras arboles están eliminados. Ellos
proveen algo de sombra para el ganado pero las vacas también comerán el parte
adentro las frutas cuando están quebrados y abiertos.
Personas
también comen las pequeñas semillas marones en forma de corazón, a veces
inmediatamente después que están lavados y secados. Ellas son un ingrediente
clave para horchata, una bebida hondureño tradicional. Se agrega agua después moler
las semillas de morro con arroz y canela. El líquido esta colado y endulzado.
Agregan más sabor con un poco de concha de limón. Además puede agregar cacao y
leche para ponerlo más especial.
De
vez en cuando mi esposa hace una mezcla, tostando semillas de morro, semillas
de ayote, coco rayada y la versión local de almendras. Se la termina agregando
pasas.
Semillas de morro en un
guacal hecho de la misma fruta. Un anillo es hecho de las hojas de banano así
no cantea cuando esta puesta en la mesa. Puede comer las semillas crudas después
de secarlas o están usados como un ingrediente clave en horchata, una bebida
tradicional hondureña que esta también hecha con arroz y canela.
Morro seeds in a small bowl made from the same fruit. A ring is made
from banana leaves so it doesn’t tip when set down. The seeds can be munched on
raw after drying them or used as the key ingredient in horchata, a traditional
Honduran beverage that is also made with rice and cinnamon.
Semillas de morro en un
supermercado Hondureño.
---Tom
Para leer este relato en inglés, va a mi
otro blog, “Musings on Beekeeping.”
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