Un apicultor nunca sabe dónde él
puede llegar para jugar con abejas. Enjambres se establezcan en lugares muy
inusuales. Así pueden llevar uno a hacer un poco de la apicultura hasta en un cementerio,
como pasó en mi caso. Varias veces ahora.
Un
cementerio típico de Honduras.
Yo quise empecer esta entrada en mi
blog diciendo “la experiencia más memorable mío con la apicultura era…” pero la
verdad es que todos son memorables. Tiene que ser cuando involucra un
cementerio.
Los cementerios de Honduras parecen
ser los lugares perfectos para colonias de abejas. Las tumbas normalmente están
en mausoleos construidos arriba la tierra. Con tiempo ellos desarrollan
grietas. Este da las abejas un lugar para entrar una buena cavidad para
comenzar su colonia.
Ahora, antes que sigo, tal vez yo debo
clarificar que nunca he visto las abejas directamente en un ataúd (con suerte).
Siempre están en el espacio afuera el ataúd pero todavía adentro el mausoleo o
tumba. Y solamente ha tratado con estas tipos de colonias porque los miembros
de la familia me pidieron mi ayuda.
Grietas aparezcan en muchas de los
mausoleos más viejos a causa de su deterioración atreves el tiempo. Esta da las
abejas una puerta para entrar la cavidad y comenzar su colonia.
Uno de estas experiencias pasó hace
seis años cuando un joven murió en un accidente de tráfico. La mañana de su
entierro varios hombres fueron al cementero para limpiar uno de los espacios vacíos
en el mausoleo familiar. Sorprendieron a descubrir que abejas se han mudado
adentro el espacio. Este es cuando ellos vinieron a buscarme para sacar
prestado algo de equipo para encargarse del problema.
No tenía problema prestarles varias
trajes y un ahumador. Pero después de pensar un poco yo decido que era mejor
acompañarles. No eran apicultores y tal vez me necesitarían. De verdad no quise
meterme a sacar una colonia de abejas aquel día pero al mismo tiempo pareció
que pude ser interesante y mi conciencia me dijo que debo estar allá (por en
caso me ocuparían).
Caminamos al cementerio y metimos en
los trajes. Prendí el ahumador para ellos y les mostré como amarrar sus velos.
Lo más valiente de ellos, Don Chico, empezó a bombear humo en la tumba vacía antes
de meterse adentro. El descubrió que las abejas no era directamente dentro este
hueco, pero en la tumba ocupado al lado. La pared entre los dos había rajado en
el parte posterior del mausoleo, dando las abejas acceso a su lugar de nido.
Don Chico, albañil de mausoleos convertido
monetariamente en apicultor, se alista con un traje para tratar con la problema
de las abejas. Ellas entraron y salieron por la tumba vacía a sus pies pero en
actualidad eran metidos en la tumba con las flores en el frente.
Al contrario, el resto del mausoleo
estaba en buen estado y la tumba con las abejas estaba bien sellada en el
frente. De verdad no me gustó la idea de romperla y literalmente sacar las
abejas y sus panales. Decidimos que la cosa más fácil era de mezclar un poco de
cemento y sellar la grieta. Aquella tumba sería la tumba de la colonia también.
El entierro era de ocurrir mas luego
en el tarde así en realidad no había otro opción. Colonias silvestres están demasiado
común así no sentí mal acerca de sacrificarlo. Las abejas Africanizadas
enjambran frecuentemente en Honduras así es fácil encontrar colonias
silvestres. Muchas veces, como en este caso, son una molestia.
Además de casi asfixiarse Don Chico con
el humo adentro el mausoleo mientras que selló la grieta, todo fue bien. El
única problema era que las abejas ya estaban saliendo y entrando cuando
empezamos a solucionar el problema. Estaba ya tarde en la mañana cuando
vinieron a buscar mi ayuda. Un buen parte de las abejas de campo ya estaban saliendo
a visitar flores y regresaron solamente para encontrar la puerta de su casa
sellada.
Primero Don Chico sacó basura y pedazos de ladrillos que estaban adentro la
tumba vacía. Después entró para sellar la grieta en el parte atrás donde las
abejas estaban entrando la tumba vecino donde tenía su nido.
Yo dejé los hombres con los trajes y
ahumador. Ellos dijeron que pudieron encargarse del problema de las abejas que
estaban regresando del campo.
Más tarde aquel día yo decidí
regresar al cementerio antes del entierro. Quise ver como resultó la situación.
Había varias latas vacías de la versión local de Raid y abejas muertos por aquí
y allá. Ellos también prendieron un fuego en un esfuerzo a matar algunas de las
abejas.
Joaquín me muestra algunas de las
abejas que murieron después de usar dos latas de la versión local de Raid. Aunque
empezaron fuegos en las tumbas vacíos del mausoleo, todavía había abejas aquí y
allá.
En realidad no había tantas abejas
vivas. Pero el poco que se quedó era muy molestón, zumbando su cabeza y siendo necios.
Por lo menos no estaban directamente atacándonos como hacen generalmente las
abejas Africanizados. El problema era que la mayoría de la gente
automáticamente empezaría a espantar abejas y alguien probablemente sería
picado cuando llegaron con el ataúd.
Decidimos que la mayoría de la
familia doliente tendría que quedarse atrás un poco mientras Don Chico y
Joaquín, todavía en trajes y velos, pondría el ataúd en la tumba y sellarla.
Varias de los hombres más jóvenes (quien parecían bastantes ebrios después el
velorio el anoche anterior) era suficientemente valiente dar una mano sin poner
equipo. Ya estaba poniéndose bastante tarde y
Discretamente tomé varias fotos
mientras miré todo el evento. No pude resistir. No es con frecuencia que un
apicultor tiene una experiencia como este.
Así este fue todo…o así pensé.
Este
continuará en un futuro entrada en el blog
---Tom
Para
leer este relato en inglés, va a mi otro blog, “Musings on Beekeeping.”